December 10, 2015

De nini


Y vaya que fue (por momentos) agotador llegar a la conclusión que mi vida debía cambiar. No sólo se ha tratado de cambiar de trabajo; pasar de Godín a emprendedora para algunas personas resulta natural y un next-step. Para mi ha significado una revolución que no sólo implica dejar los tacones y cambiar por zapatos más cómodos (resulta que tengo dos pares de zapatos sin tacón pfff), sino acostumbrarme a no tener prisa y a organizar el tiempo libre. Suena ridículo, I know. El tiempo libre lo he administrado para hacer arreglos en casa, llamarle a la contadora y ponerme al día con el SAT, cambiar mi plan de telefonía celular, pasear a Enriquito, cocinar, cambiar de gimnasio por uno más económico, iniciar con clases de yoga... Tonterías quizás. Sin embargo, me duele aceptar que hacía un rato que no me regalaba tiempo para estar de nini. De fuera se ve mal que NI estudie NI trabaje. Desde dentro la visión es otra porque he (re)descubierto facetas en mi vida que había olvidado: había olvidado la sensación del ambiente decembrino a medio día por las calles, había olvidado la ligereza de subir a un avión sin maleta para la computadora, había olvidado hacer el desayuno con toda calma para sorprender a mi Changuichis, había olvidado los paseos a media tarde y la libertad de una agenda sin citas programadas. Y es tanta ligereza que el tiempo vuela entre los dedos y sólo lo siento al mirar un calendario que pierde hojas cada día. 

Soy nini por convicción. Un ratito más sólamente.

November 5, 2015

Ciclos

Las dudas que tenía de retomar este espacio se esfumaron al notar que hace tres años (casi) exactos fue mi última publicación en Ceteris Paribus.
¿Y qué ha pasado en este tiempo? Creo que he vuelto a nacer al menos un par de veces. Siento que he tenido varias vidas en una misma; quizá debajo de mis pies tengo la prisa atada para nunca detenerme. Y es que no me he detenido ante nada ni ante nadie. He tomado las pausas necesarias y he caminado a paso lento por momentos... porque sé que voy lejos, siempre lejos.
Y hoy estoy aquí intentando aflojar la mente para quitarle el polvo a mis dedos.
Dejaré que fluya.

November 6, 2012

Sin vestido blanco

Llegó el día.
Se aplazó, lo cambiamos, reajustamos calendarios, volvimos a poner fecha... Es hoy.
Hoy iremos juntas a casa de mis papás para pedirles su bendición. Empezaremos una nueva etapa llena de ilusiones bajo el mismo techo. Se me llenan los ojos de lágrimas. Es mucho, es trascendental, es emoción, es grande, es todo. Ella es todo en mi vida.
Llegó el día en que "salgo" de casa de mis padres. No habrá fiesta ni vestido blanco ni ceremonia ni invitados porque no es necesario.
Y aunque de hoy a mañana las cosas aparentemente no cambien, yo sé que en el fondo es un punto de inflexión en la vida familiar y que frente a nosotras tenemos una vida para disfrutar el amor a manos llenas.
Llegó el día.

October 31, 2012

Sin destinatario

Lo que me encontré en un cuaderno viejo. 
Creo que lo escribí por estas fechas... hace 4 años. 


Sé que no leerás esta carta porque sé que te hará desaparecer. Y no quiero que te vayas. No quiero perderte. Pero hoy decido sacarte de mi corazón, de ese lugar que no te enteras que tienes reservado desde hace cuatro años... He contado cuarenta y ocho meses de contemplación, de un amor sonoro que sólo yo escucho. Me culpo por amarte y no gano nada. Quién gana en estas cosas del amor? Tal vez he perdido mi tiempo o me he esforzado demasiado. Hoy decido desterrarte de mi espacio, de mi corazón. Aventaré por la ventana las promesas que no hicimos, le quitaré el gancho a los planes de viaje que tenía contigo y los meteré en una maleta. Guardaré en una caja mis noches de insomnio y la sellaré con la cinta que me tiene atada a un futuro imposible. Hazte cargo de eso. Le diré al camión de la basura que se lleve el sillón donde platicamos y que haga con él lo que quiera. No me importa más nada. No quiero ver nada tuyo alrededor. Le diré a mi coche que tiene prohibido girar a la izquierda antes del semáforo porque seguramente no podré escapar de ese callejón sin salida. 
Prefiero que te vayas en silencio. Prefiero despedirte con una ceremonia llena de flores tristes y música de otoño. Pero no desaparezcas. Una mudanza emocional es más compleja porque no hay nada que tirar ni otro lugar a dónde ir. Ojalá tuviera tu ropa para desgarrarla con el llanto o tus libros para arrancarles las hojas. No tengo nada tuyo más que un corazón sin ojos. Hasta ahora lo comprendo.
Tal vez sería más fácil desterrarte si me hubieras rechazado, pero es que tampoco lo intenté. Nunca pasó nada entre nosotras y sin embargo siento que se me va la vida en este caos. No hubo promesas ni juramos nada. No ha pasado nada.
Continuaré con la mudanza sin rumbo hasta que se me vayan cayendo las cosas por el camino y llegue el momento en que no haya nada más que cargar. Cuando llegue ese momento prometo confesarte todo y decirte que sufrí mucho el desamor. Te contaré que te perdí sin haberte tenido y te mostraré mis hermosas cicatrices como un logro por haberte trascendido. Y quiero que te duela, que te duela enterarte que te desterré mucho tiempo atrás, pero también quiero que me sigas queriendo y que sigas pensando que tenemos una oportunidad en la próxima vida. Quizá en ese momento, cuando vuelvas a aparecer con suéter blanco una tarde de octubre, tengas el valor de mirarme y reconstruir esta historia que nunca ha terminado de empezar.
Interminablemente,
Gabriela

October 29, 2012

De votos

Prometo que no será fácil. Prometo que habrá discusiones, enojos, desacuerdos; pero también prometo que habrá reconciliaciones. Prometo un hogar que no siempre podrá mantenerse limpio y unas puertas que rechinarán con el paso del tiempo. Prometo que mis cajones estarán desordenados y prometo prolongar la desidia hasta que no encuentre los calcetines. Prometo no siempre despertar con el mejor humor y prometo que se me olvidará pagar el teléfono en algún momento. Prometo hacer ruido por las mañanas, prometo levantar la ceja cuando no haya mayonesa o cuando el bote de café esté vacío. Prometo que no será fácil. 
Prometo hacerme de la vista gorda para sacar la basura y para lavar la ropa. Prometo que no compraré el detergente más barato, prometo que no sabré cuánto cuesta la caja de cereal. Prometo que estaré tentada a gastar más de lo que podamos y prometo que haré caso cuando me digas que no nos alcanza. Prometo entrar con los tenis sucios a la casa, prometo hacerme un lío en la cabeza si estoy estresada. Prometo que llegaré de viaje cansada y con la energía tan baja que apenas podré darte un beso de buenas noches. Prometo que no será fácil.
Prometo momentos de aburrimiento, prometo cotidianidad, prometo que a veces no tendré ganas de nada. Prometo interrumpir mientras trabajas, prometo estar chipil al menos una vez al mes, prometo hacer corajes, prometo perder la paciencia. Prometo el deseo incontenible de ordenar todo a mi gusto, prometo que haré gestos cuando prendas un incienso, prometo no decir nada si decides aplicar sugerencias del feng shui. Prometo que no será fácil.
Prometo hacerte feliz. Prometo que miraré de reojo tu escote, prometo tomarte de la mano para cruzar la calle, prometo hacerte sonreír. Prometo fines de semana bajo las sábanas, prometo recordar nuestro aniversario, prometo ahorrar para nuestras vacaciones, prometo acariciar tu espalda por las noches. Prometo amarte.
Prometo estar a tu lado cuando las arrugas comiencen a cubrir nuestra cara, prometo compartir la frustración cuando aparezcan las canas. Prometo buscar tu mano cuando vayamos en el coche, prometo ser tu mejor crítica y tu mejor apoyo todos los días. Prometo decir que te amo con la mirada, prometo alimentar la pasión, prometo hacerte un lunch cuando salgas a trabajar. Prometo cinco minutos más de apapachos antes de levantarme, prometo hacerte una cena especial, prometo contarte cuentos al oído. Prometo envejecer a tu lado.
Prometo un futuro lleno de planes, prometo cuidar nuestra estabilidad, prometo cuidar tus sentimientos y llenar tu vida de salud. Prometo fortaleza emocional, prometo respetar tus decisiones, prometo incentivar tu libertad, prometo mi total admiración a tu esfuerzo todos los días.  Prometo cuidarte.
Prometo reír a carcajadas, prometo dedicarte más canciones, prometo compartir tu mundo y tus sueños, prometo ser tu mejor amiga, prometo ser una mejor persona para ti. 
Prometo ser la mujer que te ame todos los días de tu vida.

En modo Proust

"El deseo nos fuerza a amar lo que nos hará sufrir"

He caminado hacia adelante con pasos firmes y de forma resuelta.
Hoy no tiene por qué ser diferente.

October 25, 2011

Melancolía

Parece increíble que a veces la distancia nos acerque más con nosotros mismos. Es como si la mente también tomara un paso fuera de sus límites y se introdujera por el abismo de la creatividad al mismo tiempo que nuestros pies y ojos van encontrando un nuevo mundo en alguna ciudad de otro continente.
Oler otro clima, sentir un nuevo sabor, probar y escuchar otras versiones del propio idioma es conocer otro lenguaje personal más profundo e íntimo...

September 9, 2011

Hubiera

Hubo algo en su mirada.
Hubo algo entre líneas.
Hubo emoción.
Hubo recuerdo.
... Y siempre un mundo de "hubieras".

June 19, 2011

Domingo

Son días melancólicos cruzando entre las sábanas.
Pienso en los puntos de inflexión, en esos instantes en que la vida me cabía entre las líneas de la mano. Escucho las palabras silenciosas que no se atreven a nacer... Y aunque se desdoblen demasiado tarde yo las estaré esperando como la primera vez.
Cae la noche sobre la nube de un eterno laberinto. Me miro los pies y me repito que andar no es precisamente estar.
Me pregunto si realmente quiero estar.
Entonces miro mis manos y pido volar.

June 18, 2011

Olas

No puedo llorar.
Lo bueno es que en quince días iremos al mar.
No hay nada que el mar no pueda curar.
Lograré perdonar este pensamiento negro que cargo desde hace varios días.
En una de tantas olas puede que sanen las lágrimas y decidan naufragar.

April 26, 2011

...Y tantas cosas más



Te dije tantas cosas...


... Eres mi beso de buenos días, de buenas noches y el beso por cualquier pretexto durante el día. Eres mi motivo para volver cuando estoy lejos, eres la risa escandalosa capaz de conmover a cualquiera, eres la paciencia en los momentos cuando la presión laboral llega a su límite, eres una dulce voz al otro lado del teléfono, eres una sonrisa sin dientes en las fotografías, eres quien adivina la trama de una película cuando apenas inicia, eres una piel blanca (muuuy blanca) y suave con olor a caramelo. Eres Madrid en el 2004, eres una generación más grande, eres unos pies planos fríos bajo las sábanas. Eres el frío cuando yo sólo siento calor, eres mi MacBook, eres un sandwich de queso con mayonesa; eres Paseo de la Reforma por las tardes y los días en que una caminata nos regresa el equilibrio, eres San Miguel Chapultepec, eres también el Bosque de Chapultepec por las mañanas cuando se respira la frescura de los árboles. Eres la carretera rumbo a las pirámides, eres mi iPod Shuffle, eres la mujer de mis sueños. Eres mi silencio más conmovedor, eres mi futuro y mis planes de retiro con casa en Tequisquiapan, eres el celo que no sabe disimular, eres mi música favorita cuando dices cursilerías, eres una pijama de payasito y otra de borrega. Eres quien se enreda en las cobijas y la comezón de la espalda. Eres mis últimos dos años y los próximos miles; eres mi corazón que late con vida, eres Puebla y sus calles; eres el camino a Hidalgo con escala en Veracruz (¿?), eres el Madrid que ambas reconoceremos en los próximos meses. Eres mi mejor receta para hacer pasta, eres el postre de chocolate que no te gusta, eres el "Lugarcito" de Río Lerma y el "Cinito Gay" de Río Guadalquivir, eres el Karisma de Campos Elíseos. Eres el banco Banorte y los tacos de milanesa con papas. Eres una dulce cara cuando ríes, eres el cuerpo que abrazo entre sueños, eres una familia numerosa y opinadora, eres rebelde de tu pasado, eres mi motivo para vivir intensamente, eres metafísica y otras cosas que no entiendo. Eres Lucrecia Borgia, The Tudors y mis programas locos de medicina forense, eres el mensaje cuando más pienso en tí, eres la renuente al FB y Twitter y la defensora de las arañas. Eres mi luz, mi vida entera, eres el amor que jamás ímaginé sentir. Eres fuente de inspiración, mi vaso de agua por las mañanas y el ritual de cerrar puertas antes de dormir; eres una pulsera de ojitos protectores, un bolillo con mermelada a media tarde, una crepa de cajeta*; eres Tina Modotti, eres la pasta dental Sensodyne, eres la sutileza para decirme las cosas. Eres mi apoyo constante, eres mi mejor amiga y mi mejor amante. Eres quien ilumina mi más oscuro pensamiento, eres mi soporte, mi confianza, mi mejor piropo. Eres la mujer que vino a cambiarme la vida y eres mi silencio lleno de tantas y tantas cosas que difícilmente se dicen en palabras...



*Dulce de leche

April 18, 2011

De olas

La vida se compone de sensaciones, de reflexiones arrojadas al mar de los pensamientos que, como las olas, regresan. Es inevitable.
Sensaciones no dichas y recurrentes.
Sensaciones llenas de silenciosa paz.

A veces el silencio es más pesado que una piedra arrojada al mar.

January 9, 2011

De regreso a las andadas


Ya pasó la Navidad, ya pasó el año nuevo y ya pasaron también los Reyes Magos. Mañana regresan todos los escuincles a la escuela (escuché en el radio que son muchos millones) y con eso regresa el caótico tráfico tan característico del DF. En resumen: Ya no hay pretextos que detengan el inicio de año. Suficiente jolgorio hemos tenido desde el 12 de diciembre así que -según yo- termina oficialmente la vacación mental y nos compete ponernos a chambear. Oh si. Con esta mentalidad tan "prendida" me levanté a buena hora y tomé prestada la bici de ella para hacer un poco de ejercicio por la ciudad... He regresado muy cansada, con el ánimo por las nubes y dispuesta a la engorrosa tarea de quitar el arbolito de navidad, guardar las esferas en su cajita y regresar a la decoración normal del año.
Sin duda he regresado a las andadas.

January 8, 2011

Chipil

Cuando ella me falta, me sobra todo.

November 29, 2010

Sin nombre

El sábado fui a la boda de una persona muy cercana y ninguno de los invitados imaginamos que al ritmo de los Rolling Stones y en medio de la noche el padre del novio sufriría un ataque al corazón. Mientras el mariachi se preparaba para una entrada triunfal, el ruido de los violines y guitarras fue sustituido por la sirena de la ambulancia. El silencio de todos los invitados fue ensordecedor. Ninguno se atrevía a decir nada mientras veíamos desde lejos a los paramédicos hacer su mejor esfuerzo por regresarle la respiración a un hombre cuyas últimas palabras fueron dedicadas a su hijo el día de su boda. Una vez que partió la ambulancia hacia el hospital los familiares y amigos nos despedimos con un gran dejo de tristeza, consternación y preguntas cuya respuesta no ha llegado todavía a nuestras almas. De un segundo a otro la fiesta se convirtió en funeral. De un segundo a otro un hombre cayó al suelo y transformó la vida de ochenta personas a su alrededor para siempre.

Regresamos a casa llenas de insomnio y sin palabras que decir; las imágenes repasaban nuestra mente una y otra vez como si eso lograra ponerle un orden al caos de una noche trágica. Ella y yo nos miramos un rato sin decir nada y hasta el día de hoy logramos desahogar la pena tan grande que nos revolvió la cabeza durante todo el fin de semana. Me siento rara, triste, sacada de onda. Aunque he dejado de hacerme tantas preguntas no puedo dejar de pensar en la forma tan cabrona que a veces tiene la vida para darnos lecciones. Siento que en este instante existen otras ochenta personas replanteandose la vida de ochenta maneras distintas en diferentes lugares del mundo. Todo esto ha sido una pequeña transformación universal donde yo estuve y a partir de donde mis ojos se volvieron a abrir al pequeño gran cosmos que yace debajo de mi esternón.

November 8, 2010

Lección uno

Debo hacerle caso a mi intuición.
Debo hacerle caso a mi intuición.
Debo hacerle caso a mi intuición.
Debo hacerle caso a mi intuición.... (x 1000 veces más)

October 17, 2010

Viaje a las estrellas


Nunca entenderé el universo aunque me lo expliquen miles de veces. No comprendo el concepto de "infinito" y a veces me asusta saber que la humanidad es tan sólo una micro partícula entre tantas estrellas, galaxias y supernovas. La gente que conozco, los personajes de quienes he escuchado y todos los habitantes de este planeta apenas representamos un puntito en todo el cosmos. A simple vista somos una 'nada' envuelta en nubes que seguramente pertenecen a otro nivel cósmico. Es tan grande el espacio y me siento tan pequeña ante él...
Sin embargo, cuando la miro a ella desde el otro lado de la cama sé que no sólo somos polvo de estrellas, sino un universo de amor que -supongo- es tan grande (y difícil de explicar) como el infinito.

October 10, 2010

Entre líneas

Leo y vuelvo a leer.
Hay muchos posts que apenas reconozco y otros que siguen presentes con el paso de los días.
Siento una emoción increíble al ver cómo las marañas de mi mente y mi corazón lograron desenredarse para volverse a tejer de otro color. Leerme es mejor que releer mi libro favorito porque reconozco mis logros, reconozco mi dolor, reconozco mi soledad, reconozco mis manos angustiadas de no saber qué podía ocurrir en el futuro. Y el futuro llegó, fue y pasó. Hoy me entrego al presente porque es donde mejor estoy, donde mejor se puede sentir y desde donde nace la mejor versión de mi.
Seguiré leyendo.

January 13, 2010

La ternura es la pasión cuando descansa

January 12, 2010

2010

Si llegaste aquí y puedes leer: bienvenido

Ceteris Paribus te da la más cordial bienvenida a este espacio (ahora VIP al parecer)

Este año retomaré la bitácora, lo prometo.

Vienen cosas buenas.

Estoy segura.

December 11, 2009

Nieve

Digo que se ve la soledad. Digo que es soledad porque se siente color blanco; es tan blanca la soledad que se matiza de azul para unirse con el cielo y ser infinita. La soledad es fría y vacía de ruido porque se llena de nosotros mismos.

October 5, 2009

Mi manita


Hace un año estaba recién salida del quirófano. Mi mano derecha, aún desconchabadita, trataba de entender qué cosa le dolía más: la herida o el hacer. Pasé todo el mes en rehabilitación, haciendo bolitas de plastilina y recuperando de a poquito el movimiento habitual. Ayer que pasé la tarde con mi mamá recordamos la pena que me daba cuando me ayudaba a bañar y cómo luego me las tuve que apañar para peinarme o quitarme el bra. Se pasó volando el año y también el dolor, la molestia.
Al final de todo esto descubro que me quedé con dos manos derechas: la física y la emocional. No tengo mejor aliado ni mejor compañía como mi sombra. Estoy empezando un nuevo proyecto laboral y profesional lleno de retos en varios sentidos. En primer lugar, un negocio nunca antes explorado; el segundo -y más cabròn- la paradójica (o parajódica) libertad de no tener jefe detrás mío. Soy independiente en términos de tiempo y de generación económica, pero al mismo tiempo soy presa de mi exigencia para aquellos objetivos que deseo cumplir. Empiezo este mes de octubre y el último trimestre del año organizando mi lugar de trabajo (le digo home office para que suene más pro), acomodando el escritorio y regalándome un sitio inspirador para todo aquello que venga después. Sé que debo ejercitar el músculo de la paciencia mientras me adapto al nuevo ritmo y que -de inicio- me daré uno que otro tropezón. Sin embargo, tengo bien puesta la mano derecha (la física y la emocional) así que nada, absolutamente nada, puede salir mal.

September 14, 2009

A-Eme-O-Erre



Hubo algo en sus ojos que me dejó sin aliento.
Primero mi gesto de incertidumbre, luego un nudo en la garganta. La cadena de sucesos entre mi esternón y la conciencia de mis emociones se acumularon detrás de mi cabeza, bajo las uñas, entre las piernas. Fue entonces que entendí todo. Entendí eso que tantas veces trataron de explicarme, entendí el lenguaje que no se escribe ni se dice, pero que cada sentido logra traducir en pequeños espacios de eternidad. Me desprendí entre los límites de mi uno sesenta y tres y volví a esa mirada fija para comprenderlo todo: el amor me había invadido.

August 14, 2009

Cuenta regresiva


Ya pronto viene mi cumpleaños.
Con él vienen de la manita el de mi mamá y el de mi amorcito.
Todo el mismo día. Junto con pegado.

Con trescientos sesenta y cinco días para elegir, las tres festejamos en las mismas veinticuatro horas. Me gusta pensar que es casualidad, que al universo también le sorprede tanta coincidencia.

Y cada año, ya bien entradito en días el mes de agosto, yo me lleno de energía con matices de reflexión. Suelo mirar en retrospectiva aquellos acontecimientos importantes, audito mis laberintos internos y hago mi cierre fiscal ante el espejo. Una amiga decía que este proceso es similar al de Rosh Hashaná ya que a partir de esta fecha defino de alguna manera aquello que deseo conseguir el próximo y recapacito sobre el aprendizaje del año que empieza a terminar. Esto me toma varios días dada la importancia y se vuelve un trabajo interno a veces difícil pues los sentimientos afloran sin control, me envuelve la vulnerabilidad típica de fin de año y no logro poner en palabras todas las emociones como me gustaría. Sin embargo, el resultado de este análisis es siempre positivo, propositivo.

Me aventuro a decir que con los años incrementa la intensidad de mis días aunque sé perfectamente que esto yo lo he provocado a mi ritmo de introspección y con el esfuerzo al no detenerme ante los demonios que aparecen por las noches pidiéndome que tire la toalla, que ser tan conciente de mi realidad es mucha responsabilidad. Me esforcé tanto que las voces de exigencia dejaron de gritar y el miedo ante lo desconocido me ocupó la mente varios meses hasta que mi equilibrio emocional salió a flote. Dejé atrás el deber ser, dejé atrás aquello que yo sería con el paso de los años y dejé atrás mis prejuicios. El duelo ante mi cambio de piel trajo consigo días de soledad, días de incomprensión, días de preguntas que no me atrevía a contestar, días de replanteamientos constantes. Y luché contra estas capas que no me permitían verme completa hasta que las piezas empezaron a acomodarse... El proyecto de independencia se construyó; empecé a llenarlo con un refrigerador, cuatro sillas, una cama y mi ropa. Luego vinieron los regalos, visitas y ahora es un hogar, mi hogar. Mientras tanto, el proyecto personal encontró la voz de mi congruencia y reafirmación. Yo pedía amor, lo pedí con todas mis fuerzas. Me comprometí en buscarlo, encontrarlo y cuidarlo. Lo encontré una vez que perdí el miedo a que viniera vestido de mujer... Y así fue como llegó. Así es como lo vivo todos los días. Así es como me siento en plenitud.

Casi trescientos sesenta y cinco días de trabajo personal, de revolución.
Estoy orgullosa del camino.
Ha sido todo un año dedicado a una sóla cosa: ser más yo.

July 31, 2009

Bibija y yo

Sé que los objetos son sólo eso: objetos.
Sin embargo, con el paso del tiempo hay objetos cuyas formas, colores y esencia se apegan tanto a nuestro carácter que resulta difícil no generar sentimientos hacia ellos y cuando llega la hora de hacer limpieza es inevitable el sentimiento de melancolía. Las cosas van y vienen, la materia no se de crea ni se destruye, pero el hecho de catalogar esas cositas u objetos como basura o deshecho es terrible. Tal vez por eso odiaba cuando mi mamá nos entretenía cada verano revisando nuestro clóset con el fin de hacer espacio y deshacernos de ropa que ya no nos quedara. Me acuerdo perfecto que sentía muy feo meter suéteres o blusas en bolsas sabiendo que ya no entrarían más en mi clóset, que ya no me acompañarían a la escuela o de vacaciones. Este apego a las cosas tuvo su clímax con la Bibija. Cuando nací mi abuelita me regaló una cobija tejida a mano y desde ese día no la solté (literal). La guardaba debajo de mi almohada, cuando llegaba la hora de dormir la hacía bolita y me dormía con ella entre los brazos; nos íbamos de vacaciones si éstas duraban más de cuatro días y bajo esta dinámica pasaron largas primaveras, veranos y años. La Bibija se convirtió en integrante de la familia y fue objeto de burla, bromas (la escondían para ver qué hacía sin ella) y risas pues el estambre empezó a sentir los estragos del tiempo. Empezó a perder hilos, al tender la cama encontraba en pedacitos de ella y para no tirarlos se los regalaba a mi mamá... Hice todo por conservarla; me resistí a perderla de todas las maneras posibles hasta que se me ocurrió contarle a mi terapeuta (a los 23 años) la maravillosa historia de la honorable Bibija. Sobra decir que de la Bibija salieron varios trapitos al sol y eventualmente dejé de buscarla debajo de mi almohada. No fue tan sencillo, me tomé el tiempo necesario para desprenderme y como no sabía donde guardarla ni tenía a quién heredarla, la dejé en una cajita de cartón.
Cuando hice la mudanza a mi hogar no supe qué hacer con ella: dejarla en casa de mis papás donde crecí o llevarla conmigo. La dejé en su cajita, en el clóset, junto con otras cosas.
Recientemente estuve en casa de mis papás haciendo limpieza de esas cosas que dejé atrás. Encontré cassettes, libros de la universidad, apuntes, cuadernos con mis primeros textos (nada malos, por cierto) y la Bibija. La abracé, la olí, me enjugué las lágrimas con ella. Es mi objeto favorito, parte de la historia que traigo bajo el brazo. La traje conmigo a casa y le hice un huequito en el clóset.
Ella entra y yo salgo.